Venezuela: atender diferentes necesidades para ayudar a las personas afectadas por la violencia armada

Robert inicia el día instalando sus instrumentos de trabajo en el espacio que adecuó como una peluquería en la Cota 905. Desde hace un tiempo se convirtió en el barbero de su zona, trabajo que hace con esmero y creatividad. A él, lo apoyamos con formación técnica y capital semilla para fortalecer su emprendimiento. En Petare, la Cota 905, Táchira, Guasdualito y otras zonas del país, el acceso a recursos económicos y otras oportunidades se agrava cuando el efecto de la violencia armada les impide a las personas ir hasta su trabajo, mantener sus medios de vida, e incluso, creer en sus propias capacidades. En el 2022, desarrollamos diversos proyectos en agro producción, emprendimiento y habilidades técnicas para el trabajo que les permitieron a las personas recuperar y fortalecer sus fuentes de ingresos para seguir sustentándose a ellos y a sus familias.

Al ambulatorio rural de Boca de Grita en Táchira, van cientos de personas todos los días en busca de respuestas para su salud, entre ellos, personas heridas y politraumatizadas como consecuencia de la violencia, quienes requieren atención médica inmediata. Junto a las autoridades y el personal de salud, trabajamos arduamente para ayudar a que estos pacientes tengan acceso a servicios médicos esenciales y medicamentos, así como a ser atendidos en centros que cuenten con infraestructura adecuada, equipos médicos y servicios como agua, electricidad y ventilación, que son vitales para resguardar la vida de quienes están en una situación vulnerable. Durante todo el 2022, este trabajo en los hospitales y otros centros de salud ubicados en zonas afectadas por la violencia armada también contempló un apoyo amplio al personal de salud a través de la formación, acompañamiento y generación de condiciones dignas para que puedan realizar su labor.

Los derechos de las personas a ser tratadas con respeto y dignidad no desaparecen con la muerte, al contrario, el trato digno a los fallecidos debe ser una consigna que, entre otras cosas, les permita a los familiares despedirse de su ser querido de la mejor manera posible. La labor forense del CICR en Venezuela busca promover mejores prácticas que permitan la trazabilidad, identificación y entrega de las personas fallecidas, así como procurar espacios dignos y formación para que el personal forense pueda realizar su labor en beneficio de los fallecidos y sus familiares. En 2022 también trabajamos con las autoridades y el personal forense en la rehabilitación de morgues en Caracas, Miranda, Apure, Bolívar y Aragua.

En octubre de 2022, más de 1.500 niños y niñas recibieron insumos escolares en El Callao, un municipio esencialmente minero en el que la violencia armada ha incidido en la vida de las personas. Así como en esta escuela, hemos trabajado en otros centros educativos en Petare, la Cota 905 y el estado Apure, para apoyar a la población estudiantil y al profesorado a través de la rehabilitación de los salones de clases y los servicios básicos como agua y electricidad. Esto con el fin de que los estudiantes tengan espacios seguros para el aprendizaje, aun en zonas donde la violencia armada afecta el curso regular de las actividades escolares y la asistencia de los maestros a las aulas.

Sin importar cuánto tiempo haya pasado, la sensación de nostalgia está siempre en el corazón de quien extraña a un miembro de su familia. Junto a la Sociedad Venezolana de la Cruz Roja (CRV), trabajamos para ayudar a cientos de familias en Venezuela que, por razones humanitarias como la violencia armada, desastres naturales o la migración, han perdido o están en riesgo de perder el contacto. La protección de vínculos familiares incluye, entre otras cosas, el servicio de restablecimiento del contacto (cuando ya se ha perdido) y la prevención de la pérdida, a través de los puntos de conectividad en diferentes lugares del país en los que los voluntarios de la CRV ofrecen gratuitamente llamadas, conexión wifi y recarga de baterías para aquellas personas que no tienen la posibilidad de comunicarse con su familia de manera regular. En 2022, muchas familias pudieron volver a tener noticias de sus seres queridos gracias a estos servicios.

A través del diálogo confidencial y otras actividades, el CICR recuerda a las autoridades y otros actores armados las obligaciones emanadas del derecho internacional de los derechos humanos y la normativa nacional sobre el uso de la fuerza, como mecanismo para reducir el impacto que tiene la violencia armada en la vida de las personas. Este propósito se materializó en 2022 a través de actividades para más de 1.100 oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, cuerpos de policía y otras autoridades, que participaron en seminarios sobre Derecho Internacional Humanitario y sobre las leyes nacionales e internacionales para el uso de la fuerza.