Fundación para el CICR

Quiénes somos

La Fundación se estableció en 1931 para ayudar al CICR a cumplir su crucial misión humanitaria tanto en tiempo de guerra como de paz. Ante la gran incertidumbre que reinaba durante el período de entreguerras, la Fundación se presentó como una respuesta para preservar el futuro de la acción humanitaria imparcial, neutral e independiente.

Noventa años después, los desafíos que se plantean al CICR en el desempeño de su labor son completamente distintos: las nuevas tecnologías, los cambios en la forma de hacer la guerra y la crisis climática que no deja de intensificarse, entre otros. A fin de satisfacer las necesidades de la humanidad en todo el mundo, el CICR y otras organizaciones humanitarias deben adaptarse a estas nuevas realidades y, rápidamente, innovar y aprovechar las nuevas tecnologías.

Qué hacemos

Aceleramos la innovación humanitaria para fortalecer la capacidad del CICR y de sus socios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de prevenir y aliviar el sufrimiento. En la selección de qué proyectos e iniciativas de innovación vamos a apoyar, nos orienta el principio de humanidad, desde el afán permanente de generar el impacto más contundente y duradero en favor de las personas afectadas por conflictos armados y otras situaciones de violencia.

A continuación, presentamos algunos ejemplos de iniciativas que hemos apoyado:

- Engineering Humanitarian Action: una asociación entre el CICR y las Escuelas Politécnicas Federales de Zúrich y Lausana (ETHZ y EPFL) a fin de desarrollar soluciones innovadoras de ingeniería para un mayor impacto humanitario. El objetivo es reunir las investigaciones individuales, desarrollarlas y aprovechar los rápidos avances científicos y tecnológicos. Las soluciones que surgen a partir de esta iniciativa ayudan a mejorar la protección y la asistencia a las personas vulnerables, sobre todo en zonas afectadas por conflictos armados, a lo largo de un período más extenso.

- Fondo de Transición para el Clima y el Medio Ambiente del CICR: las personas que viven en países afectados por conflictos armados están entre las más perjudicadas por el cambio climático. Este fondo innovador se propone atender los riesgos climáticos y ambientales procurando que las actividades humanitarias sean lo más sostenibles que se pueda y ayudar a las comunidades a adaptarse a los efectos conjuntos del conflicto armado y el cambio climático.

- Delegación del CICR para el ciberespacio en Luxemburgo: las actividades de esta delegación giran en torno a las tecnologías digitales y cómo aprovecharlas en favor de las personas afectadas por conflictos armados y otras situaciones de violencia de manera eficaz y segura. Prioriza el desarrollo y las pruebas con herramientas nuevas para prestar servicios digitales esenciales a las comunidades. La delegación también investiga soluciones para proteger de las amenazas digitales a las organizaciones humanitarias y a las personas a quienes prestan servicios.

La Fundación también está desarrollando una iniciativa artística. Tendiendo puentes con artistas de regiones afectadas por conflictos armados y sus comunidades, podemos innovar en la manera en que nos conectamos con los demás, así como en nuestra respuesta colectiva a los desafíos humanitarios.

Cómo trabajamos

El motor de la Fundación es su dotación financiera y sus fondos específicos, que generan un flujo constante de ingresos. El CICR invierte este ingreso en innovación humanitaria, junto con sus socios, particularmente dentro del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

En 2020, la Fundación fue reestructurada para poder abarcar un espectro más amplio. Ahora puede gestionar fondos específicos establecidos por particulares, por ejemplo, a la memoria de un ser querido o como parte de un plan de inversión filantrópica de una familia o bien por parte de personas jurídicas, con el fin de concretar sus aspiraciones humanitarias.