Quinta Conferencia de Bruselas: En apoyo del futuro de Siria y la región

Quinta Conferencia de Bruselas: En apoyo del futuro de Siria y la región

Discurso pronunciado por el señor Peter Maurer, Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)
Declaración 30 marzo 2021 Siria
Quinta Conferencia de Bruselas:
En apoyo del futuro de Siria y la región
30 de marzo de 2021, mediante vídeo

Excelencias, colegas:

Acabo de regresar de un viaje donde recorrí Damasco, las calles bombardeadas de Darayya y el campamento de Al Hol, en el noreste de Siria.

En mis visitas a lo largo de los años, los sirios me han hablado de sus vidas devastadas. Hoy, sin embargo, las personas no solo hablan de su sufrimiento por el brutal conflicto, sino también de la agobiante crisis económica, del impacto de las sanciones y del COVID-19. La falta de esperanza está profundamente omnipresente.

Siria es operación más grande y compleja del CICR en el mundo. Cerca de tres cuartas partes de las personas necesitan ayuda, lo que supone un aumento del 20% en los últimos doce meses. Decenas de miles de personas siguen desaparecidas y el acceso a los servicios básicos aún es una lucha cotidiana.

Sin duda, el conflicto se ha caracterizado por violaciones constantes del derecho internacional humanitario (DIH): ataques desproporcionados en zonas urbanas, ataques dirigidos contra la población civil y los servicios esenciales, detenciones sin contactos familiares.

Existen otros conflictos en el mundo en los que vemos escandalosas violaciones del DIH; sin embargo, el nivel que alcanza la destrucción en Siria lo vuelve fuera de lo común: recordamos las ciudades arrasadas de Homs, Alepo, Raqa, y el enorme número de personas desplazadas y desaparecidas.

Durante diez años, el CICR, junto con la Media Luna Roja Árabe Siria y los socios del Movimiento [Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja], se han esforzado por alimentar y dar refugio a los desplazados, tratar a los heridos, apoyar a quienes buscan a sus familiares desaparecidos y visitar a los detenidos.

Estimados colegas: la última década de violencia y brutalidad ha desgarrado el corazón del pueblo sirio.

El futuro seguirá siendo desolador, salvo que la comunidad internacional transforme su enfoque, a partir de hoy mismo.

Las personas civiles están pagando el precio de la falta de avances políticos, pero también de los enfoques transaccionales de la labor humanitaria de todas las partes concernidas.

La población no debería vivir en tiendas de campaña, dependiendo de los camiones cisterna de agua y de la distribución de alimentos durante meses, por no hablar de años y, mucho menos, de una década.

En esta emergencia de larga duración, debemos ayudar a las personas a reconstruir sus vidas.

En medio de la devastación y del estancamiento político, los fundamentos para el futuro de Siria son –y deben ser– humanitarios.

El derecho internacional humanitario es la guía pragmática para asistir y proteger a la población civil.

Colegas: hoy convoco a la comunidad internacional a realizar una inversión financiera y política de largo plazo sobre la base de cuatro fundamentos humanitarios esenciales:

Primero: A pesar de los bloqueos políticos, debemos encontrar la manera de estabilizar los servicios esenciales para evitar un mayor colapso de la sociedad.

En Darayya, vi personas que vivían entre los escombros de edificios bombardeados. Ahora mismo, tienen la necesidad imperiosa de ayuda básica, como agua, electricidad y servicios médicos.

La estabilización de la infraestructura crítica no puede esperar: el colapso de estos servicios llevaría a una enorme crisis humanitaria para millones de sirios. En todo el país, a lo largo de la década, la generación de energía se ha reducido en un 70%, se ha perdido del 30% al 40% de la producción de agua potable, y el 50% de los hospitales están dañados o destruidos.

El CICR está rehabilitando servicios esenciales en todo el país y presta apoyo a las pequeñas empresas. Nuestra prioridad es llevar ayuda humanitaria a gran escala donde hace más falta, para que la vida sea lo más soportable posible.

Cuando las organizaciones humanitarias, como el CICR, reparan infraestructuras puede parecer "reconstrucción" o "desarrollo". Pero esto está muy alejado de la realidad. Estos grandes y complejos proyectos de ingeniería humanitaria son una solución temporal para evitar el colapso de sistemas enteros.

La comunidad internacional debe intensificar su apoyo político y financiero para una respuesta humanitaria ampliada que incluya compromisos plurianuales. Deben atenderse las sanciones que causan sufrimiento a la población civil, afectando servicios esenciales y la seguridad alimentaria.

En segundo lugar, es necesario reparar el tejido de la sociedad siria: esto solo será posible si, hoy en día, se respetan los derechos de todos.

Los avances en las conversaciones políticas dependerán de la resolución humana de cuestiones esenciales como los desaparecidos y la detención. Estos temas requerirán un apoyo y un compromiso a largo plazo, pero se puede hacer mucho ahora.

Es crucial y urgente buscar a las personas desaparecidas y dar respuesta a las necesidades de sus familiares. Decenas de miles de familias esperan noticias; muchas se enfrentan a profundas desventajas económicas. Necesitan apoyo, ahora y en las próximas décadas.

De manera crítica y urgente: las personas detenidas deben ser tratadas con humanidad y dignidad. Cualesquiera sean las razones de su detención, se les debe permitir tener vínculos periódicos con sus familias y someterse a un debido proceso jurídico. El CICR mantiene sus visitas a personas detenidas en varias prisiones de Siria. Entablamos conversaciones constantes y confidenciales con las autoridades para mejorar las condiciones de detención, sobre el trato humano, y para permitir que las familias mantengan el contacto.

En tercer lugar, las personas detenidas o que viven en un limbo jurídico necesitan respuestas humanas y sostenibles.

En el noreste de Siria, como en el campamento de Al Hol, decenas de miles de personas, principalmente mujeres y niños, viven en la miseria.

Francamente, quedé consternado por las condiciones –entre las peores que he visto–: los niños están desnutridos, tienen atrofias; mueren de enfermedades tratables. Las tiendas de campaña improvisadas ofrecen escasa protección contra la violencia creciente y las duras condiciones climáticas. Sus derechos son ignorados: algunos son apátridas, otros corren el riesgo de quedar olvidados en centros juveniles y lugares de detención.

Se estima que hay cerca de 40.000 niños en ese campamento, donde viven desde hace dos años en condiciones inseguras y que ponen en peligro su vida. Se trata, sin duda, de una crisis de protección infantil a gran escala.

Es un escándalo que la comunidad internacional permita que ese lugar continúe, no por problemas humanitarios insuperables, sino por divergencias políticas.

Los Estados han dado la espalda, no consiguen estar a la altura de sus responsabilidades jurídicas internacionales, ni con los extranjeros ni con los sirios e iraquíes.

Es hora de encontrar la voluntad política para actuar antes de que se pierdan más vidas y se arruinen más futuros. Existen ejemplos positivos de repatriación y de reintegración. Las numerosas dificultades no pueden servir de excusa para la inacción.

Por último, convocamos a que se alivien las restricciones a la acción humanitaria neutral, imparcial e independiente.

En momentos en que la necesidad es imperiosa, la soga sobre las acciones de socorro vital se está tensando. El impasse en las líneas del frente y de las fronteras mantiene como rehén la vida de millones de personas. El CICR está dispuesto a intensificar su labor vital en toda Siria, incluida la región de Idlib, pero la política bloquea nuestra acción.

Estimados colegas, está claro: Siria se encuentra en una espiral letal de sufrimiento, que debe ser contrarrestada con respuestas concretas y acciones pragmáticas.

Los sirios no pueden permitirse tolerar otro año en estas condiciones desesperadas y, menos aún, otra década.