Una generación perdida: dibujos de niños en Al Hol, Siria
Alrededor de 55.000 personas permanecen varadas en este campamento en el nordeste de Siria que no para de expandirse. Se calcula que dos tercios de la población del campamento son niños, en su mayoría menores de cinco años.
"Aquí no hay futuro para estos niños", explica Nathalie Nyamukeba, psicóloga clínica del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Si les preguntas cuáles son sus sueños, contestan que no saben.
Viven en un campamento, sin esperanza, sin educación, sin saber qué es lo que pasará mañana. Viven en un clima constante de miedo y violencia.
Algunos niños han pasado toda su vida en el campamento, sin haber siquiera puesto un pie fuera del perímetro del lugar.
Hay quienes nacieron y murieron en este campamento: su corta vida trascurrió de principio a fin en un lugar de profundo sufrimiento.
Se vive en condiciones terribles. En el invierno, las carpas se inundan si hay lluvias fuertes, y las temperaturas pueden bajar muchísimo.
En el verano, el viento levanta cúmulos de tierra seca y forma tormentas de polvo. Las temperaturas superan los 45 grados Celsius.
Un juego de niños
Junto con la Media Luna Roja Árabe Siria, el CICR administra un hospital en el campamento. El hospital atendió más de 11.000 casos médicos en 2021 y más de 8.000 en 2022.
El año pasado, 925 personas recibieron apoyo psicosocial y asistencia en salud mental en el hospital.
Los pacientes suelen exhibir síntomas psicosomáticos, como falta de sueño, palpitaciones, dolor de espalda, dolor de cabeza, pérdida del apetito, problemas dermatológicos y enuresis (incontinencia nocturna).
Otros síntomas que han manifestado son miedo inexplicable, conductas agresivas, dificultad para concentrarse, preocupación constante, baja autoestima, aislamiento social y pensamientos suicidas, incluso entre los niños.
"He visto a algunos niños, de, como mucho, once años, que han tenido pensamientos suicidas", cuenta Nyamukeba.
"Dicen que ya no quieren vivir. 'Espero que me lleve Dios para poder dejar atrás esta vida'. Una jamás esperaría escuchar palabras como esas de la boca de un niño".
El CICR, junto con la Media Luna Roja Árabe Siria, ofrece apoyo psicosocial y en salud mental a quien lo necesite.
La mayoría de los niños que reciben asistencia son de Siria o Irak. Otros viven en la sección del campamento que alberga a personas de diferentes nacionalidades, es decir, hijos de personas extranjeras que han quedado varadas. El campamento tiene habitantes de más de 60 nacionalidades diferentes.
Realizar actividades recreativas como jugar o dibujar puede ayudar a los niños a expresar lo que sienten. Por lo tanto, es entendible que algunos dibujos tengan connotaciones negativas.
"Es muy difícil ver a esos niños sin futuro, que juegan con rocas y no saben sostener un lápiz. Es desgarrador", continúa Nyamukeba.
"Son una generación perdida, pero no es su culpa. No son responsables de esto. Como humanidad, tenemos que encontrar una forma humana de seguir adelante".
Estos son algunos de los dibujos hechos por los niños de Al Hol.
Azzam, 7
La madre de Azzam está recibiendo tratamiento fisioterapéutico en el hospital.
Azzam padece diversos problemas de salud. Tiene un defecto en el corazón, una afección hepática y sangre en la orina. Los médicos dicen que algunos de sus problemas están relacionados con el trauma psicológico que ha sufrido.
A Azzam le gusta jugar al fútbol y dibujar. Dibujó una flor y dijo que era un regalo que le hacía al personal médico del hospital.
Nibras, 7
Nibras fue al hospital por una quemadura grave en una de las piernas. Si bien ha mejorado mucho, esta pequeña de siete años necesita una cirugía para poder caminar bien.
Nibras sueña con ser maestra.
Tha'er, 13
Para ayudarlo con su enuresis, Tha'er ha recibido apoyo psicosocial.
Perdió a su padre, su hermana y su hermano en los enfrentamientos, y solo le queda un hermano.
Sus dibujos reflejan la violencia a la que ha estado expuesto: dibuja aviones militares, armas, misiles y personas quemadas. Cuando sea grande quiere ser médico.
Dijo: "Me encantaría ser médico. Si lo fuera, quizás habría podido ayudar a mi padre, a mi hermano y a mi hermana, y hoy estarían vivos".
Othman, 11
El padre de Othman murió víctima de las hostilidades en Baghouz.
Este niño de once años tiene tres hermanos, uno de los cuales sufrió quemaduras graves. Othman le hizo compañía a su hermano en el hospital de Al Hol durante casi un mes.
El sueño de Othman es dejar el campamento y ser ingeniero.
Seaf, 7
Seaf padecía incontinencia urinaria. Sin embargo, en el hospital de Al Hol no podían atribuirlo a ninguna causa médica, por lo que recomendaron apoyo psicosocial.
Los psicólogos del CICR identificaron que Seaf tenía muchísimo miedo al personal militar y a la violencia en el campamento. Eso era lo que causaba su incontinencia. Tras varias sesiones de apoyo psicosocial, lograron ayudarlo a recuperarse.
Seaf tiene dos hermanos menores. Quiere volver a su tierra natal y asistir a la escuela. Sueña con ser jugador de fútbol.
Shahed, 12
Shahed vive en el campamento junto a su madre. Su papá falleció.
A Shahed le gusta dibujar, y quiere volver a su hogar. Cuando sea grande, quiere ser maestra.
Abbas, 13
Abbas vive en el campamento junto a su mamá y sus cuatro hermanos.
Le gusta dibujar animales y los emblemas del CICR y de la Media Luna Roja Árabe Siria. Cuando sea grande, quiere ser jugador de fútbol
Jafar, 8
Jafar y su madre reciben apoyo psicosocial. Viven en el campamento desde que murió el papá de Jafar.
Al Jafar le gusta dibujar mariposas y flores.
Ra'ed, 6
Ra'ed vive en el campamento junto a su madre. Le gusta dibujar autos, corazones, el sol y árboles.
Su sueño es ser jugador de fútbol.
Zahraa, 9
Zahraa tiene nueve años y vive con sus padres y su hermana de cinco años.
Le gusta jugar con muñecas.
Las familias de Siria necesitan su ayuda
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